Su objetivo: la valoración del material recopilado, la localización de posibles lagunas, detección de excesos en las ideas transcritas. La posibilidad de revisar el esquema de trabajo con el fin de darle mayor orden y uniformidad.
Luego de terminar un escrito, comienza el proceso de revisión, que consiste en reiteradas lecturas del manuscrito. Se podría decir que la corrección se separa en dos etapas distintas.
En la primera, se deben corregir los errores de tipeo, inconsistencias, ortografía, puntuación, uso de mayúsculas, etc. Para todos estos errores tenemos una guía bastante definida para localizarlos y corregirlos.
En la segunda etapa, por el contrario, los errores a corregir son más difíciles de identificar y necesitan varias re-lecturas; y tal vez ni siquiera exista solo una forma de corregirlos.
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